Las selvas tropicales son importantes para la humanidad moderna, debido a la extrema diversidad de los recursos biofarmacéuticos y su contribución a la ecologÃa global. El ochenta por ciento de la biodiversidad del mundo está contenida en las selvas tropicales. estas biosferas únicas existen dentro de los 28 grados al norte o al sur del ecuador, formando un entorno exuberante en el que la vida se desarrolla. Las selvas tropicales son especialmente susceptibles a los cambios climáticos extremos y la actividad climática adversa.
inundación
a diferencia de las zonas templadas de la tierra, las áreas de selva tropical constan de dos estaciones: lluviosa y seca. Durante las temporadas de lluvia, la precipitación ininterrumpida puede durar dÃas o semanas. esto causa inundaciones masivas de tierras bajas, orillas de rÃos, etc., alimentando los lagos y rÃos que ayudan a sostener el clima ecuatorial.
sequÃa
Debido a la humedad extrema y la humedad del ambiente del bosque lluvioso, las sequÃas son relativamente poco comunes en las áreas de bosque lluvioso. Sin embargo, cuando ocurren, son extremos. en 2005, una sequÃa llamada "de 100 años" golpeó la amazona, matando a muchos árboles y liberando millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
derrumbes
Un subproducto de la precipitación constante es el suelo y los sedimentos muy sueltos, muy húmedos. esto puede llevar a inestabilidades en áreas montañosas o empinadas en las que la tierra se colapsa y cae en cascada hacia abajo. Si ganan suficiente impulso, pueden ser muy destructivos para las áreas circundantes. algunos investigadores especulan que la deforestación causa parte de esta actividad, debido a la eliminación de los sistemas de raÃces que ayudan a unir la tierra suelta en su lugar.
incendios forestales
Los incendios forestales pueden ser espontáneos o artificiales. durante condiciones de sequÃa, el calor extremo y la sequedad combinados con una capa delgada de dosel y una masa inflamable y podrida en el suelo del bosque pueden provocar incendios espontáneos que pueden arder hasta que se agotan o extinguen de forma natural por la llegada de la lluvia. muchos incendios causados ​​por el hombre son el resultado de actividades de deforestación, que queman deliberadamente grandes áreas de bosque para crear tierras cultivables.