La palabra ecosistema se refiere a todas las especies vivas así como a los elementos no vivos en un área ambiental particular, por ejemplo, un lago, un pantano, un arrecife de coral, un bosque o una pradera. Los ecosistemas pueden variar mucho en tamaño y características individuales; por ejemplo, el ecosistema de un charco difiere mucho del de una franja de tundra. A pesar de estas disparidades, todos los ecosistemas funcionan de manera similar en la forma en que la energía fluye hacia ellos, a través y lejos de ellos.
Estructura general
La energía se transfiere dentro y fuera de los ecosistemas a través de una red de interacciones complejas. La energía ingresa a un ecosistema desde fuentes externas y se mueve a través de sus componentes. Por ejemplo, la energía del sol fluye a través de plantas, microorganismos y animales. Los ciclos de energía en un ecosistema terminan con la descomposición, y luego el proceso comienza de nuevo. Esencialmente, el flujo de energía a través de los ecosistemas puede explicarse por quién come qué. Tenga en cuenta, sin embargo, que la transferencia de energía no es perfectamente eficiente; gran parte de ella se disipa como calor en varias fases en el ciclo.
El papel de los autótrofos
Los autótrofos son los productores de un ecosistema. La palabra autótrofo significa auto-alimentador. Los autótrofos consisten principalmente en árboles, plantas, algas y algunas bacterias. A menudo esto ocurre a través del proceso de la fotosíntesis, en el que los productores convierten la energía de la luz de la luz solar, junto con el agua y el dióxido de carbono, en carbohidratos. Los carbohidratos se combinan con otras moléculas para formar el material estructural básico de una planta. Sin embargo, la fotosíntesis no es la única forma en que los autótrofos convierten la energía; Algunos autótrofos producen carbohidratos al usar energía térmica o química en lugar de energía solar.
El papel de los heterótrofos
El término heterótrofo se refiere a las especies consumidoras en un ecosistema. Los heterótrofos son animales y pueden clasificarse en diferentes tipos según su fuente de energía, es decir, lo que comen. Los consumidores pueden comer exclusivamente plantas, otros animales o una variedad de ambos. Los animales que obtienen su energía únicamente de las plantas se conocen como herbívoros o consumidores primarios, mientras que los animales que obtienen su energía principalmente por comer a otros animales se llaman carnívoros o consumidores secundarios. Los animales que obtienen su energía de fuentes tanto vegetales como animales se llaman omnívoros. La energía fluye a través de los heterótrofos independientemente de su tipo, ya que todos producen residuos y finalmente mueren.
El proceso de descomposición
El ciclo de energía en un ecosistema termina y comienza nuevamente con el proceso de descomposición. Ciertas bacterias, gusanos, insectos, hongos e incluso moho actúan como descomponedores. Convierten la materia orgánica, principalmente los desperdicios o restos de autótrofos y heterótrofos, en materia inorgánica, que los autótrofos finalmente usan. La materia, sin embargo, difiere de la energía: en el proceso de hacer su trabajo, los descomponedores producen energía térmica. Es por esto que las pilas de compost son cálidas. Toda la energía que cicla a través del ecosistema lo deja de esta manera.
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