El ácido tartárico es una sustancia orgánica que se encuentra naturalmente en varias plantas, frutas y vino. La gente lo ha usado durante muchos años de diferentes maneras. Comercialmente, la industria alimentaria lo utiliza como agente aditivo y aromatizante, y también se emplea en industrias como la cerámica, la impresión textil, el bronceado, la fotografía y los productos farmacéuticos.
Historia del Ácido Tartárico
El nombre químico del ácido tartárico, que se encuentra ampliamente en todo el reino vegetal, es ácido dihidroxibutanodioico. Fue aislado por primera vez en 1769 por un químico sueco llamado Carl Wilhelm Scheele, según la Enciclopedia Británica. Los antiguos griegos y romanos ya habían observado el sarro, una forma parcialmente purificada del ácido. La producción de vino produce ácido tartárico, así como sales incoloras y solubles en agua relacionadas con el ácido.
Aditivo alimenticio
Como un acidulante, el ácido tartárico tiene un sabor que es naturalmente ácido y le da a los alimentos un sabor agudo y ácido. El ácido tartárico también puede ayudar a fijar geles y conservar los alimentos. A menudo se agrega a productos como bebidas carbonatadas, jaleas de frutas, gelatina y tabletas efervescentes. También es un ingrediente en la crema de tártaro, que se encuentra en los caramelos duros y en diferentes marcas de polvo de hornear para hacer crecer los productos horneados.
Otros usos
Los usos industriales del ácido tartárico incluyen en el proceso de chapado en oro y plata, limpieza y pulido de metales, curtido de cuero y fabricación de tinta azul para planos. El ácido tartárico también es un ingrediente de la sal de Rochelle, que reacciona con el nitrato de plata para crear el plateado en los espejos. La sal de Rochelle también es un laxante, según The Chemical Company. Los derivados de éster del ácido tartárico pueden teñir tejidos.
Producción comercial
Subproductos obtenidos de los fabricantes de vino como base para la producción comercial de ácido tartárico. Los sedimentos y otros productos de desecho que resultan de la fermentación del vino se calientan con hidróxido de calcio, una base. Esto hace que el tartrato de calcio forme un precipitado, que luego se trata con ácido sulfúrico para producir una combinación de sulfato de calcio y ácido tartárico. Después de la separación, el ácido tartárico se purifica para uso comercial.
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