Con el tiempo, las fuerzas naturales descomponen los grandes depósitos de roca en fragmentos más pequeños, y eventualmente reducen la piedra sólida a grava y partículas más pequeñas. Este proceso ocurre en múltiples etapas y puede tomar un tiempo extremadamente largo, dependiendo de las condiciones ambientales. El proceso puede comenzar bajo tierra, pero una vez que un depósito de roca está expuesto a los elementos, el proceso puede acelerarse.
fricción y fuerzas tectónicas
Algunas de las primeras fuerzas que pueden comenzar el proceso de descomposición de la roca son las fuerzas tectónicas subterráneas. A medida que las placas de la corteza terrestre se mueven unas contra otras, crean fricción y presión, y las rocas atrapadas entre estas placas pueden fracturarse y triturarse en fragmentos más pequeños. Si alguna de las piezas rotas llega a la superficie, puede experimentar desgaste, el siguiente paso en el proceso de descomposición.
meteorización química
La meteorización química ocurre cuando una roca encuentra un líquido o gas que la daña. Por ejemplo, cualquier roca expuesta al aire sufre oxidación, en la cual el oxígeno en el aire reacciona con elementos metálicos para causar la oxidación. Este proceso le da al suelo que es rico en óxidos de hierro un color rojizo. de manera similar, la exposición al agua puede alterar ciertos tipos de minerales, como ocurre con la hidrólisis que transforma el feldespato en arcilla. El feldespato es el mineral más común encontrado en la roca. El dióxido de carbono disuelto en el agua de lluvia puede formar ácido carbónico, que descompondrá minerales como la calcita, un mineral que contiene calcio que se encuentra en la piedra caliza. Estos procesos químicos pueden debilitar aún más las rocas, haciéndolas más susceptibles a otras fuerzas.
meteorización física
Las fuerzas físicas también pueden capear rocas. El agua que se congela dentro de las grietas de la roca se expande, separando los depósitos minerales y haciendo que se fracture. Del mismo modo, las raíces de las plantas pueden abrirse camino en las rocas a medida que crecen, y la presión causada por su expansión puede romper la roca en pedazos más pequeños. Las temperaturas extremas pueden hacer que las rocas se expandan y contraigan, aumentando el estrés en las líneas de fractura y haciendo que se rompan.
viento y erosión hídrica
Una vez que la intemperie ha dañado las rocas y las ha roto, las fuerzas de la erosión pueden hacerse cargo de redistribuir el material. El viento y el agua que pasan sobre las rocas pueden recoger pequeñas partículas, llevándolas aguas abajo del depósito original. Con el tiempo, la erosión puede convertir montañas en colinas, transportar la capa superficial del suelo hacia los océanos y tallar canales en piedra sólida. Por ejemplo, los científicos creen que una de las principales fuerzas que formaron el Gran Cañón fue la erosión, debido a que las aguas del río Colorado se llevaron el suelo liviano y la piedra caliza de la superficie, y los vientos soplaron polvo y partículas más pequeñas a través de los canales resultantes. .