Toxicidad de la lejía doméstica

Toxicidad de la lejía doméstica

el médico medieval paracelso dijo una vez que "todo es un veneno, solo que la dosis diferencia un veneno de un remedio". Su observación sigue siendo relevante incluso hoy en día, porque muchas sustancias, incluso aquellas que pueden parecer inocuas y familiares, son tóxicas en una dosis suficientemente grande. La lejía, por ejemplo, es un químico que se usa en la casa todo el tiempo, pero si se maneja de manera inadecuada, puede representar un peligro grave para la salud.

composición

La lejía es una solución de una sal, llamada hipoclorito de sodio, que se disuelve en agua y se trata con un químico llamado hidróxido de sodio para hacerlo más alcalino. Las diferentes marcas de lejía pueden contener otros ingredientes como el aroma. Sin embargo, el hipoclorito de sodio es el ingrediente activo y el responsable de la acción real de "blanqueo": las reacciones químicas que destruyen las bacterias en las encimeras y los tintes o manchas en la ropa. Las concentraciones habituales de hipoclorito de sodio en la lejía oscilan entre el 5 y el 10 por ciento.

efectos

La lejía es peligrosa si se ingiere, y este tipo de accidente a veces ocurre con los niños. La solución alcalina puede quemar su boca, garganta, estómago y tracto gastrointestinal. Grandes cantidades (más de 200 mililitros) pueden causar problemas serios, como diarrea, inflamación del esófago o sangrado intestinal. en casos extremos, donde se ingieren cantidades muy grandes, es posible que la presión arterial baja y el colapso cardiovascular sean posibles. La lejía también es un irritante para la piel, y si le entra en los ojos, puede causar irritación severa, conjuntivitis e incluso daño en la córnea, dependiendo de cuánto tiempo permanezca en contacto.

gas

La lejía es más peligrosa cuando se mezcla inapropiadamente con otros químicos. La combinación de lejía con un ácido, por ejemplo, libera cloro puro. este gas de color verde amarillo pálido se usó como arma durante la Primera Guerra Mundial; causa dolor intenso e inmediato e irritación de las vías respiratorias. en altas concentraciones, el cloro provoca la acumulación de líquido en el tracto respiratorio y los pulmones, lo que puede conducir a la insuficiencia pulmonar y la muerte. mezclar lejía con amoniaco es otro movimiento imprudente; Las reacciones resultantes generan compuestos de cloro-nitrógeno llamados cloraminas. Las cloraminas causan tos, dolor en el pecho, náuseas, irritación severa y, en altas concentraciones, acumulación de líquido en sus pulmones, similar a los efectos del gas de cloro.

exposición crónica

La lejía no está clasificada como un carcinógeno. La agencia internacional para la investigación sobre el cáncer, ha dictaminado que la evidencia no es suficiente para clasificarla como carcinógena o no cancerígena, aunque los estudios en animales han encontrado que no tiene actividad carcinógena. La exposición repetida de la piel puede causar irritación severa. El hipoclorito de sodio en sí mismo es una sal que no se evapora fácilmente, por lo que no se puede inhalar; Los posibles peligros de inhalación asociados con la lejía son principalmente el resultado del gas de cloro producido cuando se mezcla erróneamente con ácidos.



Continuar Leyendo >

Articulos relacionados a la energia