El Planeta Tierra es el hogar de una impresionante variedad de ecosistemas, desde las montañas alpinas cubiertas de nieve hasta las fuentes hidrotermales en las profundidades del océano. Los ecosistemas vienen en varios tamaños; pueden ser tan pequeños como un bosque de árboles o tan grandes como vastos bosques boreales. La definición de un ecosistema se puede deducir al dividir la palabra en dos partes: "eco" se refiere a los seres vivos en su entorno natural, y "sistema" se refiere a las interacciones entre ellos. Sin importar el tamaño o la ubicación, tres funciones de energía en cualquier ecosistema son esenciales para su función continua.
Proceso de transferencia de energía
Para comprender los tres roles de la energía, es útil conocer primero la forma en que la energía viaja a través de los ecosistemas. La mayor parte de la energía en los ecosistemas proviene del sol, entrando como luz, luego se convierte en energía química y, en última instancia, deja al ecosistema como energía térmica. Sin embargo, la energía puede salir del ecosistema en forma de calor durante cualquier punto del proceso, lo que significa que la disponibilidad de energía disminuye a lo largo de un proceso continuo. Una vez que la energía ingresa a un ecosistema, su transferencia básicamente se reduce a qué especies se alimentan de las otras especies.
El papel de los productores primarios
Las plantas en un ecosistema se consideran productores primarios porque suministran casi toda la energía o alimento que otras especies necesitan para sobrevivir. Las plantas, que incluyen flores, árboles, algas, algas y mucho más, se sostienen a sí mismas no de otras especies en el ecosistema, sino de la mera luz solar. A través de la fotosíntesis, las plantas convierten la energía solar en energía química en forma de azúcares, que esencialmente utilizan para alimentarse. Además, estos azúcares se combinan para formar celulosa, el componente fundamental de la planta en sí.
El papel de los consumidores
Las plantas proporcionan energía a las especies consumidoras, que incluyen animales de todo tipo, desde abejas hasta langostas, conejos y humanos. Los consumidores pueden obtener su energía directamente de los productores primarios, de otros consumidores o de una combinación de ambos. Los que obtienen su energía al comer a los productores primarios se conocen como herbívoros, los que obtienen su energía al comer a otros consumidores se llaman carnívoros, y los que obtienen su energía de una mezcla de productores y otros consumidores se conocen como omnívoros. La mayoría de los humanos caen en la categoría omnívora.
El papel de los descomponedores
Los consumidores de todo tipo, así como los productores primarios, producen desechos y, eventualmente, perecen. Ciertas especies obtienen su energía de los productos de desecho de los consumidores mientras viven y de sus restos cuando han fallecido. Estas especies se conocen como descomponedores e incluyen tipos de bacterias, hongos, gusanos y más. Los descomponedores son los actores finales en el movimiento de energía a través de un ecosistema. Durante el proceso de descomposición, toda la energía restante en el ecosistema se libera en forma de calor, que luego se dispersa. Esto explica por qué las pilas de compost y el mantillo del jardín tienden a emitir calor.
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